Por Carolina Vargas
La Inspección de La Botica se encuentra ubicada en el municipio de Quipile Cundinamarca y está rodeada por siete veredas: La Hoya, San Miguel, La Judea, El Conde, Arabia, El Tibet y Concordia. Su población actualmente se repone luego del flagelo de la violencia y algunos desastres naturales que han afectado la región. Los Botiqueños recordamos La Botica del ayer, llena de líderes y de personajes que marcaron su historia. Quienes tuvimos la fortuna de vivirla y sentirla hace unos años, recordamos los fines de semana de peto y arepa donde la señora Delfina, el ganado de Don Fídolo deambulando por la calle, el loquito Alfonso, la droguería- dulcería de la señora Lulita, el puesto de Telecom de Fabiola, la estación de Policía, la Inspección, la bomba de gasolina de Fabriciano y Antonio Vargas, el puesto de carne de Don Alberto Briceño y Obdulio Camacho, la enfermera Rosita, el sastre Modesto López, profesoras como Gloria, Jael y Luz Marina que tanto aportaron, los reinados en busca de fondos económicos, personajes como Don Alfonso Chocontá, Manuel Duarte, José Mogollón, Cilenia de Mogollón, Raquel y Luis Riaño, y tantos otros que la sostuvieron y nos ubican en la Botica de hoy. La Botica del hoy es liderada por hombres y mujeres que en sus diferentes oficios y ocupaciones luchan para hacerla cada día mejor donde alberga gente sencilla y trabajadora, con valores y principios morales, con trabajo de lunes a viernes y mercado los fines de semana, con deseos de levantarla un poco más. Su economía principalmente en la producción de café, producto competido en el mercado, se cosecha solo es una vez al año, lo que genera que entre los meses de enero a marzo y septiembre a diciembre sean tiempos difíciles, por lo que se planea activar la economía en esta época. Las familias botiqueñas están compuestas en su mayoría por adultos mayores de todos los estratos sociales, a consecuencia de la migración de los jóvenes a la ciudad, que luego de terminar sus estudios básicos, no encuentran fuentes de empleo diferentes al trabajo de la tierra, y éstas no siempre hacen parte de sus intereses. Los jóvenes y adultos que visitan la inspección los fines de semana, desafortunadamente no tiene una ocupación laboral que les permita vivir plenamente en el lugar y su estancia es de paso, pues no poseen el tiempo ni recursos para estár allí. Sin embargo ven con preocupación la situación del adulto mayor del que quisieran poder escuchar y aprender, pues son pacientes, tranquilos y sabios, hijos de esta tierra y herederos de la historia Botiqueña. La Botica se encuentra amenazada por problemas sociales en la población como lo es la drogadicción, la cual en instituciones edcativas va en crecimiento, ¿por qué? Tal vez la llegada de familias de otros lugares, quienes vienen con otras costumbres, ha logrado influenciar el comportamiento de algunos jóvenes botiqueños con conflictos familiares, falta de autoridad de sus padres, un aprovechamiento del tiempo libre nulo y cientos de problemas… Como resultado la droga se ha convertido en un atractivo ante su novedad. Aun así, La Botica del mañana tiene nuevas caras jóvenes que están construyendo una nueva historia, está sembrada en la esperanza de un lugar ideal para vivir, en el sueño de un pueblo acogedor que ya no sufrirá marginación de ningún gobierno, en el anhelo de una tierra que dará los frutos del esfuerzo de su gente y sus dirigentes. La Botica del mañana tiene gente orgullosa de su región, líderes que con lealtad y trabajo duro y proyectan un mejor panorama, un mejor paisaje… un mejor presente.
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